
¿Sabías que cada quien tiene una percepción diferente de la realidad y que esto tiene una base neurológica? Comprender esto es clave para la salud mental y el despertar de consciencia.
El sistema reticular es una red de neuronas que se extiende a lo largo del tronco encefálico y está involucrado en varias funciones importantes del cerebro. Su principal función es regular el estado de alerta y la vigilia, ayudando a controlar la atención y el sueño.
Además, el sistema reticular juega un papel crucial en la modulación del dolor y en la coordinación de los movimientos. Se puede considerar como un filtro que selecciona qué estímulos sensoriales son relevantes para que el cerebro los procese, ayudando a mantener la atención en lo que es importante. Es clave para mantenernos despiertos y atentos a nuestro entorno.
El concepto de «maya» en la filosofía oriental, especialmente en tradiciones como el hinduismo y el budismo, se refiere a la idea de que la realidad que percibimos es una ilusión o una distorsión de la verdadera naturaleza del ser. Este concepto abarca lo siguiente:
1. Ilusión: La «maya» implica que lo que vemos y experimentamos en el mundo físico no es la realidad última, sino una proyección engañosa que nos aleja de la verdad esencial.
2. Condicionamiento: Se considera que nuestras percepciones están condicionadas por nuestras experiencias, deseos y apegos. Esto crea una visión distorsionada de la realidad, pues estamos influenciados por nuestras emociones y pensamientos.
3. Interconexión: La maya también sugiere que, aunque las cosas parecen separadas y distintas, todo está interconectado. La dualidad que percibimos es solo una parte de un todo mayor.
4. Liberación: En este contexto, el objetivo espiritual es trascender la maya a través de la meditación y el autoconocimiento para alcanzar un estado de iluminación o realización del verdadero yo, donde se experimenta la realidad tal como es, sin distorsiones.
La noción de «maya» en las filosofías orientales nos invita a cuestionar nuestras percepciones y buscar una comprensión más profunda de la realidad, más allá de las ilusiones cotidianas.
Este concepto, a nivel neurológico, está relacionado con el sistema reticular activador (SRA), que es fundamental en cómo percibimos el mundo y filtra la información sensorial que llega a nuestra conciencia. Este proceso puede contribuir a una falsa percepción de la realidad de varias maneras:
1. Filtrado de información: El sesgo de confirmación selecciona información relevante, lo que puede llevarnos a ignorar datos importantes y a enfocarnos solo en lo que ya creemos.
2. Sesgo de confirmación: reforzamos nuestras creencias al buscar información que las respalde, limitando así nuestra visión del mundo.
3. Expectativas y creencias: Nuestras convicciones influyen en cómo interpretamos la información; si creemos en algo, notaremos señales que lo apoyan y pasaremos por alto las que lo contradicen.
4. Experiencias pasadas: Las vivencias previas afectan nuestra sensibilidad hacia ciertos temas, distorsionando nuestra percepción actual.
5. Realidad subjetiva: Cada persona tiene su propia realidad, basada en sus experiencias y emociones, lo que lleva a percepciones distintas de una misma situación.
Los toltecas asociaban este fenómeno con el término «mitote», que en la tradición tolteca se refiere a un estado de confusión o desorden mental, así como a una especie de «ruido» interno que afecta la percepción de la realidad e incide en las siguientes características:
- Confusión mental: El mitote se describe como una especie de caos mental donde las emociones, los pensamientos y las creencias se entrelazan y distorsionan nuestra percepción de la realidad. Esto puede llevar a malentendidos y a una visión limitada de la misma.
- Influencias externas: Este estado también se ve influenciado por las opiniones y creencias de los demás. En este sentido, el mitote puede ser considerado como resultado de la influencia social y cultural que afecta cómo interpretamos nuestras experiencias.
- Despertar Espiritual: Para los toltecas, el objetivo es trascender el mitote a través del autoconocimiento y la práctica espiritual. Al hacerlo, se busca alcanzar la claridad mental y una conexión más profunda con la verdad.
- Transformación personal: Superar el mitote es esencial para el crecimiento personal y espiritual. Implica deshacerse de creencias limitantes y percepciones erróneas para poder ver el mundo con mayor claridad.
El mitote es un concepto que invita a los practicantes de la toltequidad a reflexionar sobre las distracciones mentales que nublan su visión de la vida, buscando un camino hacia la claridad y la verdad a través del autoconocimiento.
Se establece un paralelismo entre el SRA y los conceptos orientales de «maya» y el «mitote» de la filosofía tolteca, que se refieren a la ilusión que nubla nuestra percepción. Los tres sugieren que lo que vemos no es la realidad completa y nos invitan a cuestionar nuestras creencias para alcanzar una comprensión más profunda del mundo.
En el proceso del despertar de consciencia, ir más allá de las falsas percepciones de la realidad es un punto clave. A menudo nos encontramos defendiendo nuestro sistema de creencias y luchando por lo que creemos que es real, sin ser conscientes de este sesgo; creando una guerra interna entre nuestra sabiduría interior y la mente. Esto también se ve reflejado en nuestras relaciones interpersonales, dañando la comunicación y cayendo en la intolerancia y la necedad.
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Abrazos de luz y bendiciones.
Jimena Perdomo
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